La diversificación del negocio con la entrada a la publicidad en otros medios como la prensa, y la visión personal de nuestro fundador, Joan Matas Salas, de los entresijos de la competencia en el mundo de la publicidad local centran esta nueva entrega de la historia de Publicidad Matas. Momento que coincidió con la incorporación al negocio de la nueva generación, por ello este capítulo hemos considerado apropiado que fuera comentado por José Matas Miró, relevo generacional de la empresa.
Cap.9 AMPLIACIÓN Y DIVERSIFICACIÓN DEL NEGOCIO. LA COMPETENCIA
Nuevos medios
Cuando nació Publicidad Matas, puede decirse que la publicidad en prensa era poco menos que inexistente. Se publicaba “La Almudaina”, “El Correo de Mallorca” y “La Última Hora” que comúnmente no tenían más que una hoja o a lo sumo dos.
“S’Última Hora doble” voceaban los vendedores ambulantes. Por tanto, la publicidad en esta prensa se reducía a cuatro esquelas mortuorias y a unas pocas manchetas. Esta poca publicidad se canalizaba a través de una pequeñita oficina sita en la plaza Santa Eulalia y denominada “Centro de anuncios”.
Fue ya mucho después de nuestra guerra, al desarrollarse la sociedad de consumo, cuando la publicidad en prensa toma tal incremento que obliga a los periódicos a tirar más de treinta páginas al día. Por ello hasta los años cuarenta no tocamos este tipo de publicidad.
Por lo tanto, nuestra empresa nació como “Clichés Matas” y, posteriormente, fue ampliando su cometido hasta desembocar en una agencia de servicios generales, pero con la particularidad de poseer también medios en exclusiva. Vamos a tratar ahora sobre estos medios.
El primero fue, como se ha dicho antes, la explotación de la proyección de diapositivas en los cines, cosa que hemos trabajado ininterrumpidamente y que puede decirse que ha sido nuestro caballo de batalla y negocio más rentable.
Entre 1932 y 1936 editábamos un folleto anual de los cines Born, Rialto y Moderno. Esta publicación consistía en un bonito volumen de unas treinta páginas en las que se combinaban ilustraciones y textos relativos a películas que serían exhibidas en la temporada que iba a empezar, y con anuncios de tipo comercial. Estos folletos se repartían gratuitamente entre el público asistente a los cines y la edición se pagaba con lo que se recaudaban de la publicidad, siendo nuestro beneficio lo que quedaba una vez pagada la edición. La edición de estas ediciones corría a cargo de la imprenta Vich de Inca y así trabé muy buenas relaciones con D. Antonio Vich y sus hijos Juan y Pedro. Colaboró también en su ejecución el prestigioso dibujante alemán Guillermo Román.
En los años 1934 a 1936, los constaban sólo de planta baja y entresuelo teniendo hecha en los demás pisos sólo la estructura. A la altura del primer piso instalamos una pantalla en la que proyectábamos diapositivas y además para atraer al público instalamos un aparato que yo había visto en Barcelona consistente en un proyector con un dispositivo en que se podía dibujar y aparecía en la pantalla la mano y la pluma o pincel mientras iba trazando los motivos. Proyectábamos también diapositivas con temas deportivos y además había instalado un tocadiscos con un altavoz parta amenizar el espectáculo que empezaba al anochecer hasta las nueve de la noche, hora máxima en que el Ayuntamiento nos permitía tener la música en marcha. Esto, como tantas otras cosas, se truncó en 1936.
Creo que sería hacia finales de los años cuarenta cuando la prestigiosa empresa taurina Balañá de Barcelona compró la Plaza de Toros de Palma que en 1929 había construido D. José Tous Ferrer. Conseguimos la exclusiva de la publicidad que seguimos manteniendo.
Poco después conseguimos también la exclusiva publicitaria del campo de fútbol del Baleares y hace poco también la del campo municipal de deporte de Mahón.
En el año 1972 junto con Juan Trobat, en aquel entonces delegado de la empresa de publicidad exterior PROMEX de Madrid constituimos GREPSA (Grupo de Empresas Publicitarias, S.A.) con el patrimonio de Promex madrileña y otros emplazamientos. La empresa no iba mal pero estábamos en fuerte competencia con Malla, empresa especializada en publicidad exterior, que presionó hasta que decidimos venderle la empresa, cosa de la cual no nos hemos arrepentido puesto que ello nos dejaba las manos libres para actuar en otras direcciones.
La competencia
Pasemos a analizar la marcha del negocio desde el punto de vista de la competencia.
Ya hemos tratado anteriormente la competencia que hubo que vencer al reintegrarnos a las labores después del lapso de nuestra guerra civil. Veamos pues las competencias más recientes.
Hacia las postrimerías de los años sesenta pasan a gobernar en España los tecnócratas. Los gobierno franquistas, al amparo de una serie de coyunturas favorables producidas por la marcha de Europa, gozan de su mejor época, explotando hasta la saciedad los 25 años de paz que han reinado en el país, olvidándose como es lógico que la guerra la habían traído ellos. Todo crece desmesuradamente viviendo una época de verdadero despilfarro. El negocio turístico adquiere en Mallorca unas proporciones desorbitadas. Las dificultades y problemas latentes se ocultan al pueblo y el triunfalismo impera. Las nuevas generaciones se hacen la falsa idea de que se vive en un país desarrollado e inmensurablemente rico donde el dinero no va a acabarse nunca. Todo este tinglado está montado sobre los cimientos de una energía barata que no es nuestra y que en la hora menos pensada puede desmoronarse. Otras naciones empiezan a preocuparse por este posible problema, pero los españoles siendo tan amigos de los árabes no tenemos que preocuparnos.
Al amparo de esta situación aumenta enormemente en Mallorca el volumen de la publicidad proliferando nuevas agencias. Así en pocos años nacen Alcalá, Lanza, Nimbus, Delfín, Max Eduard, Malla, etc amén de una serie de delegaciones de casas de la península dedicadas a la publicidad exterior.
Todas estas nuevas agencias tienen una obsesión: divulgar que ellas por ser recién creadas y montadas sobre los nuevos métodos, tienen ideas modernas y Publicidad Matas se ha quedado anticuada.
Nuestros esfuerzos deben encaminarse a demostrar que además de poseer la experiencia, cosa tan preciada y que sólo puede obtenerse a través de los años, estamos a su altura en técnicas y sistemas. Por eso dentro de la empresa hay también savia joven de la nueva generación representada por nuestros hijos. Hacia el año 1974 con el primer aldabonazo de la OPEP empieza a asomar la recesión y los bancos aprietan las clavijas. Bastó esto para que más de la mitad de las agencias se fueran al garete.
Nosotros pudimos resistir el golpe porque en los años de vacas gordas no nos deslumbró el espejismo del triunfalismo y al comprender que aquello no era sólido y que algún día se iba a acabar, procuramos no despilfarrar creando unos fondos de reserva. Los bancos ofrecen dinero siempre a quién lo tiene, desgraciado de aquel que para salir de un apuro necesite los créditos bancarios.
Una empresa de publicidad, no siendo más que una entidad que presta unos servicios no había necesitado nunca de capital. Con la evolución que ha dado todo, hoy la agencia de publicidad se ha convertido en una financiadora de las campañas de sus clientes por las facilidades de pagos que se ha visto obligada a conceder.
(continuará…)
Texto de José Matas Miró
En este momento de la historia de nuestra empresa se produjo mi incorporación a la misma. Contaba yo con 18 años y simultaneaba mi trabajo en la agencia con los estudios de Técnico de Publicidad (Miguel Durán abrió en Palma un centro delegado de la Escuela Oficial de Publicidad que impartía sus clases en horario nocturno).
El medio cine seguía funcionando a pleno rendimiento con la producción de filmlets locales. Eran pequeñas producciones en las que, para abaratar costes y hacerlo asequible a los anunciantes locales, teníamos que rodar una media de tres filmlets diarios. Aquello era una locura porque había que localizar, iluminar y rodar a un ritmo de vértigo.
Se rodaban en 35 milímetros y la postproducción también se hacía en serie. Lo recuerdo perfectamente porque durante varios años me ocupé personalmente de ir a la productora en Madrid para montar el copión, seleccionar las músicas y grabar la voz en off en los estudios de sonido.
En 10 días rodábamos una treintena de ellos y llegamos producir varios cientos de los que aún conservamos copias en nuestros archivos.
Sin dejar de lado nuestra actividad en el medio cine (medio con el que nunca hemos dejado de estar ligados) fuimos ampliando nuestros servicios, incorporando un equipo de diseñadores, creativos y un departamento de medios para adaptarnos a los nuevos tiempos a los que nuestro padre se refiere en la entrega de este mes.
Pep Matas