Siguiendo con la temática de críticas de cine en los posts, debido a nuestra relación con la publicidad en las salas y a nuestro adicción al cine en sí, me dispongo esta semana a comentar la que para mi va a ser una de las pelis del año seguro: El lobo de Wall Street.
No tengo nada malo que decir de la película, nada. Y eso que a Leonardo DiCaprio nunca lo he podido aguantar y en mi opinión es el responsable de cargarse varias anteriores colaboraciones con Martin Scorsese. Exceptuando Shutter island, ahí la culpa no la tiene el pobre, hubiesen puesto a quien hubiesen puesto sería una película infumable.
Pero bien, el Lobo de Wall Street es otra historia. en esta ocasión Scorsese ha vuelto a lo que sabe hacer bien. Ha cogido su última gran obra, Uno de los nuestros, y la ha vuelto a rodar, ha cambiado a la mafia por el mundo de las finanzas (un cambio casi imperceptible) y sencillamente se ha dejado llevar. Ha hecho la película que todo el mundo querría hacer contando la historia de alguien que hace lo que todo el mundo querría hacer. En Uno de los nuestros la acción recaía principalmente sobre Ray Liotta, un actor sin personalidad, y en Tommy DeVito, el personaje interpretado por Joe Pesci: el contrapunto perfecto, exceso y carisma a prueba de bombas. Aquí la historia se repite sólo que ambos actores han sido reemplazados por el citado DiCaprio y Jonah Hill. El resto de la fórmula es la misma, un montaje especialmente dinámico, grandes escenas acompañadas de unas canciones perfectamente escogidas y la historia de la llegada a la cumbre y la posterior caida de un personaje protagonista que se introduce en un mundo al cual inicialmente no pertenece.
Las continuas situaciones que se nos van mostrando, a cada cual más asombrosa e hilarante, hacen que las 3 horas de metraje se pasen volando. Y se consigue desde el principio que simpatizamos con el personaje de Jordan Belfort, alguien que en la vida real dudo que tenga muchos admiradores entre todos aquellos a los que estafó. Y es esta quizás la única pega que se le puede achacar al film el enaltecimiento de un estafador y la forma en la cual se obvia a las victimas y a los delitos cometidos. Pero como no vamos al cine para juzgar si no para pasar un buen rato esta es, con diferencia, la película más recomendable que he visto en mucho tiempo.
Carlos Artero