La historia del cine está repleta de secuelas prescindibles, algunas mucho. A Blade Runner 2049 no sabría bien como clasificarla. A nivel sensaciones, como historia, como película, a mi personalmente no me aportó nada en comparación con el clásico de los 80, pero está tan bien hecha que da como pena y todo hablar mal de ella. Fotografía, ambientación, música… todo parece estar cuidado de forma preciosista y artesanal, pero el ritmo, la duración e incluso la trama he de reconocer que me acabó aburriendo. No tengo nada en contra del ritmo lento y pausado, es más, muchas de mis películas favoritas lo tienen, pero aplicado a las películas de ciencia ficción me acaba cansando, y esta es quizás la razón por la cual salí decepcionado del cine. Blade Runner 2049 es una película puramente de ciencia ficción, un género que no me fascina especialmente. Yo iba con la original del 82 en la cabeza y está claro que eso es otra historia, ¿qué es Blade Runnner? ¿cine negro? ¿una peli de suspense? ¿de acción? ¿un drama? pues es todo eso y mucho más y precisamente eso es lo que la convirtió en una obra maestra. Esta segunda parte es un prodigio visual, efectivamente, pero le falta chispa y alma, es una belleza fría. No obstante verla en cine, en pantalla grande, es una experiencia cien por cien recomendable. Eso si, no creo que acabe haciendo el típico revisionado en el sofá de casa. Prefiero ver por tercera o cuarta vez a Rutger Hauer y sus lágrimas en la lluvia.
Carlos Artero