Continua nuestra historia con el fin del cautiverio y los esfuerzos de Juan Matas y su familia por reavivar el negocio familiar en la dura escena de posguerra mallorquina. Esta quinta entrega más nuestra que nunca con la aportación de la visión histórica del momento por Joan Matas Pastor historiador y nieto del protagonista.
Sin duda alguna el orígen de una saga de emprendedores y luchadores que continua…
Cap.5 FIN DEL CAUTIVERIO, RECONSTRUCCIÓN Y AMPLIACIÓN PENSINSULAR DEL NEGOCIO
(…) El día 20 de Diciembre de 1943 nos pusieron en libertad volviendo así a reunir a la familia excepto a José que estaba en el hospital de Nápoles y a Jaime que se hallaba prestando el servicio militar en Valencia.
Al reincorporarnos a casa me encontré con la siguiente situación:
Al quedarse Antonia y su cuñado solos para atender lo poco que había quedado de los cines, se habían introducido en la plaza una serie de competidores.
En el Rialto, Moderno y Moderno de Santa Catalina pertenecientes a la familia Bordoy, realizaba las diapositivas para anunciar los programas el pintor de carteles Palmer. En el Balear hacían las diapositivas por el sistema fotográfico los operadores del mismo Sanz y Bosch. En el Principal, Astoria y Protectora las hacía por el sistema manual Aurelio Alomar, hermano de Miguel, distribuidor de películas y coempresario de estos locales. En el Born un chiquillo ayudante de cabina que hacía sus pinitos en la materia y en el Lírico, pese a seguir cobrando nosotros la mensualidad también jugaba a hacer diapositivas Felipe Guasp, sobrino del empresario José Tous. En cuanto a las de tipo comercial, las hacían casi todas, pero se había introducido también Aurelio López fotógrafo y operador de cine.
Lo importante, a pesar de haber perdido muchos clientes, era que Antonia, pese a las ofertas tentadoras que le había hecho la antigua “Empresa de Publicidad” transformada en Publicidad Balear para que se fuera a trabajar con ellos a base de un buen sueldo, prefirió mantener la pequeña llama de Publicidad Matas encendida hasta que pudiéramos reintegrarnos nosotros y avivarla.
Fotografía del archivo de J. Mascaró Pasarius
Salí de prisión muy enfermo pero apenas repuesto ya me dediqué intensamente a la rehabilitación del negocio. Ante todo me percaté que yo podía ofrecer trabajos superiores a los que presentaba la competencia. Visité a D. Andrés Bordoy el cual manifestó que creía un deber reintegrarme a la labor que desempeñaba antes de la guerra, pero que tampoco podía echar ahora al que me reemplazó. Le contesté que no pretendía eso, que sólo había ido a saludarle y que si algún día me necesitaba estaría a su disposición.
A los pocos meses hice un viaje a Barcelona con objetivo de ver si hallaba material fotográfico que escaseaba mucho y debía adquirirse en el mercado negro y al mismo tiempo para echar un vistazo a la plaza.
Antes de la guerra civil acariciaba la idea de establecer un servicio a las empresas exhibidoras, consistente en suministrarles mediante pago de una cuota mensual, las diapositivas anunciadoras de películas que deberían devolver una vez usadas para poder prestar otros servicios.
Pensé que durante el tiempo transcurrido alguien se me habría adelantado pero al visitar varios cines de la ciudad Condal me sorprendió que todo estaba por hacer pues seguían anunciando los programas con rudimentarios títulos hechos a mano o simplemente con un celofán escrito a máquina.
De manera fortuita entré en contacto con Juan Juárez Cano antiguo vendedor de la Casa Carandini y que venía por Mallorca instalando equipos proyectores el cual conocía a todos los empresarios de la comarca y ya no me cupo la menor duda de que este era el hombre idóneo para montar el negocio.
Empezamos desde este momento a realizar diapositivas originales de todas las películas que salían al mercado para poder luego distribuir todas las copias que fueran necesarias. En Cataluña a los pocos meses Juárez tenía cerca de cien abonados y además iba pidiendo diapositivas de tipo comercial. Trabajamos con gran rapidez para poder competir en tiempo con los de Barcelona, pues al ir a ofrecer nuestros trabajos indefectiblemente ponían el reparo de la distancia.
En Valencia seguía representándonos el amigo José Sempere que había conocido en mi primer viaje. En Sevilla, Manuel Delgado, que áun tenemos en el momento de ordenar este escrito, en Madrid nombramos representante a Jaime Ripoll conocido mallorquín que actuaba como inspector de correos. En el norte a Juan Bilbao. En Cartagena a Francisco Martínez.
Y así quedaron siete zonas de influencia de distribución para el servicio DIAPOSITIVAS PARA ANUNCIAR LAS PELÍCULAS de las que hasta el presente llevamos hechos 12.500 originales.
Entre los empresarios de cines tenía mucha demanda el tipo de diapositiva “aviso”, o sea Prohibido fumar, Próximo estreno, Intermedio, etc… Editamos un catálogo con más de trescientos modelos que distribuimos con profusión y se han llegado a producir muchos miles de copias. Ha sido este apartado una importante fuente de trabajo.
Entre los años 1945 al 1955 anualmente hacíamos un viaje por España que servía para la promoción de nuevos clientes y así llegamos a servir a un gran número de agencias de publicidad esparcidas por toda la geografía nacional. Ahora ya nuestro mayor volumen de producción estaba en la exportación.
(continuará…)
BREUS APUNTS DE LA SOCIETAT MALLORQUINA DE POSTGUERRA (ANYS 40 SEGLE XX)
En el moment de seure i escriure aquestes retxes, no me resulta gens fàcil separar el cor del cap. M’ha suposat un gran esforç anteposar la feina de l’historiador, és a dir, l’aproximació objectiva a un subjecte històric, a la proximitat emotiva i sentimental del tema a contextualitzar. La clau per a afrontar-ho ha estat l’empatia “racional” vers l’objecte d’estudi.
Des d’aquest prisma intentaré dibuixar com a historiador les línies mestres de la societat mallorquina dels anys 40 del segle XX, etapa de reintegració social, econòmica i personal del meu padrí i de Publicitat Matas després de l’odisea i de les pèrdues personals i familiars viscudes.
Doncs bé, com era la societat mallorquina que es trobaren el meu padrí i el meu repadrí quan tornaren de l’exili forçós? Primer de tot, cal apuntar que en els anys quaranta ens trobarem amb tot un conjunt de col.lectius i persones que com el meu padrí varen patir les conseqüències de la repressió i de la guerra, i que després es veuran sotmesos a un “exili interior”. Sens dubte, la família Matas superà aquest exili refugiant-se amb la feina, es volcaren en cos i ànima a la recontrucció del negoci familiar, tal i com ell narra en el capítol d’aquest mes.
En segon lloc, contràriament a les interpretacions històriques que ens indiquen que els anys quaranta són anys d’ensopiment cultural i de gran despressió, assistim al redreçament del negoci de la publicitat estàtica cinematogràfica, que no és més que un indicador del creixement i l’expansió d’una indústria cultural com és el cinema, sobretot en el segon quinqueni del decenni dels quaranta. També cal dir que l’entreteniment i l’evasió de la quotidianitat són part intrínseca de l’espectacle cinematogràfic i molt necessaris quan es viuen situacions de certes mancances econòmiques, socials i polítiques.
De fet, en el lliurament d’aquest mes heu pogut llegir com el meu padrí viatjà a Barcelona per a aconseguir material fotgràfic que escassejava i que s’havia de comprar al mercat negre. Ell no ho diu explícitament, però s’està referint a l’estraperlo, a les cartilles de racionament i a l’existència d’un mercat negre que proporcionava molts beneficis, no només a uns pocs que controlaven les xarxes de distribució, sinó a tot el conjunt de la població que gaudia d’uns ingresos extraordinaris però del tot necessaris per a la supervivència. Això ens explica el consens social o pacte de silenci entorn a l’estraperlo i el contrabàndol.
En definitiva, la represa del negoci es produeix en uns moments en què la guerra ha deixat les seves seqüeles físiques i mentals entre la població mallorquina, però també, sobretot a partir de 1945, una gran voluntat de voler capgirar la situació i, sobretot, de passar página. Això és el que historiogràficament es coneix com l’oblit, però només de les víctimes del bàndol derrotat a la guerra. A tot això hi contribuí, sens dubte, la implantació d’un nou règim polític que es legitimava a partir de l’origen i el resultat de la guerra i que s’afiançà a partir de la desmobilització política a la qual el cinema hi aportà el seu granet de sorra, igual que la resta de mitjans de comunicació de masses.
Joan Matas Pastor
Historiador i nét de l’autor